27 abr 2013

Informatización de la sociedad


LA INFORMATIZACIÓN DE LA SOCIEDAD, EL INFORME NORA-MINC

En diciembre de 1976, el presidente de Francia, Valery Giscard d´Estaing, solicitó al inspector general de Finanzas, Simon Nora, un informe acerca de los cambios en las relaciones sociales que ya entonces comenzaba a generar la utilización cada vez más extendida de las computadoras. Nora realizó la investigación junto con Alain Minc y en 1978 publicaron un informe titulado La informatización de la sociedad, en donde expusieron las opciones y los conflictos, así como los aspectos organizativos, comerciales y sociales de la utilización de las nuevas tecnologías.
Puesto que desde hace un siglo las transformaciones más espectaculares tienen bases técnicas, existe la facilidad de proyectar un futuro regido por la tecnología. En nuestros días, esta tentación se proyecta hacia la telemática y se expresa en fantasmas contradictorios.
Los pesimistas señalan los riesgos: aumento del paro, rigideces sociales, trivialización de las actividades. Para ellos, la informática consagraría el carácter impersonal y repetitivo de los trabajos y la descualificación de los empleos. Consolidaría la pesadez y la jerarquía de las organizaciones. Reforzaría toda la omnipotencia de los “preparados”, automatizando a los demás. Solamente subsistirían los informatistas y los informatizados, los utilizadores y los utilizados. La máquina ya no sería solamente un “ordenador”, un instrumento de cálculo, de memoria y de comunicación, sino un “dador de órdenes” misterioso y anónimo. La sociedad se volvería opaca en si misma y para los individuos que la componen, pero peligrosamente transparente, en detrimento de la libertad de los ciudadanos. Los optimistas, por el contrario, creen que los milagros están al alcance de la mano: informática igual a información, información igual a cultura y cultura igual a emancipación y democracia. Todo lo que acreciente las posibilidades de la información facilita un diálogo más abierto y personal, una mayor participación, un aumento de las responsabilidades individuales, una mayor resistencia de los débiles y “pequeños” a las usurpaciones del “Estado Leviatán” o de los prepotentes económicos y sociales.
Tanto la pesadilla como el sueño tienen el mérito de plantear la misma pregunta. ¿Es que acaso nos encaminaremos, sean cuales fueren las apariencias y los pretextos, hacia unas sociedades que aplicarán técnicas nuevas para reforzar los mecanismos de la rigidez, de autoridad y dominio? O, por el contrario, ¿podremos ampliar la adaptabilidad, la libertad y la comunicación, de suerte que cada ciudadano y cada grupo las asuman de manera más responsable?
En realidad, ninguna tecnología, por innovadora que sea, acarrea, a la larga, consecuencias fatales. Sus efectos son dominados por la evolución de la sociedad más de lo que la constriñen.
¿Constituirá la generalización del lenguaje informatizado un factor de emancipación o, por el contrario, agudizará las diferencias? No influirá de la misma manera en cada uno de los usuarios. Indudablemente, no dejará de perfeccionarse ni de elaborar diálogos cada vez más elaborados. Pero su propagación por las diversas categorías sociales no será uniforme, porque éstas manifestarán una resistencia desigual ante la introducción de un lenguaje codificador y escueto. La permeabilidad de aquellas dependerá de su nivel cultural; pero como éste no es parejo, la telemática surtirá efectos discriminatorios.”

LA TERCERA OLA

En 1980, Alvin Toffler escribió un libro titulado La tercera ola, en el que analizó diversos aspectos de la nueva sociedad que se estaba gestando a partir de las transformaciones económicas, políticas, sociales y tecnológicas. Él mismo sostiene en su libro: “Es tan profundamente revolucionaria esta nueva civilización, que constituye un reto a todo lo que hasta ahora dábamos por sentado. El mundo que está rápidamente emergiendo del choque de nuevos valores y tecnologías, nuevas relaciones geopolíticas, nuevos estilos de vida y modos de comunicación, exige ideas y analogías, clasificaciones y conceptos completamente nuevos. Así, pues, a medida que la descripción de esta extraña nueva civilización vaya desplegándose en estas páginas, encontraremos razones para desafiar el elegante pesimismo que tanto predomina hoy”. En el siguiente fragmento Toffler expone su opinión frente al avance de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Es ingenuo y simplista el temor popular de que los computadores y las telecomunicaciones nos priven del contacto directo y hagan más distantes y de segundo grado las relaciones humanas. De hecho, puede muy bien que sea lo contrario lo que ocurra. Si bien podrían atenuarse las relaciones de fábrica o de oficina, los lazos del hogar o de la comunidad podrían muy bien resultar fortalecidos mediante estas nuevas tecnologías. Los computadores y las telecomunicaciones pueden ayudarnos a crear comunidad.
Para una persona tímida o inválida, incapaz de salir de casa o temerosa de enfrentarse cara a cara con la gente, la emergente infósfera hará posible un interactivo contacto electrónico con otros que comparten aficiones o intereses similares -jugadores de ajedrez, coleccionistas, aficionados a los deportes-, con los que podrían comunicar, instantáneamente de un extremo a otro del país.
En resumen, mientras construimos una civilización de la tercera ola, hay muchas cosas que podemos hacer para mantener y enriquecer, más que destruir, la comunidad.
Mediante el uso de computadoras, telecomunicaciones avanzadas y métodos de encuesta, resulta sencillo no sólo seleccionar una muestra del público sino también mantener esa muestra actualizada y suministrarle una información puntual sobre las cuestiones a tratar. Cuando se necesitara una ley, todo el conjunto de representantes elegidos tradicionalmente podría deliberar y discutir, enmendar y estructurar la legislación. Pero cuando llegara el momento de la decisión, los representantes depositarían sólo el 50% de los votos, mientras que la muestra de personas elegidas al azar -que no estarían en la capital, sino que se encontrarían geográficamente dispersas en sus propios hogares o despachos- depositarían electrónicamente el 50% restante. Las permutaciones que permiten las nuevas tecnologías de telecomunicación son infinitas. Cuando comprendemos que nuestras actuales instituciones políticas y constitucionales han quedado anticuadas y empezamos a buscar alternativas, se abren súbitamente ante nosotros toda clase de sorprendentes opciones políticas que nunca antes habían sido posibles. Necesitamos conferencias, programas de televisión, discusiones, ejercicios de simulación, convenciones constitucionales ficticias para generar un despliegue de propuestas para reestructurar la política. Debemos prepararnos para utilizar las herramientas más avanzadas a nuestro alcance: desde satélites y computadores, hasta videodiscos y televisión interactiva.”

GUIA DE LECTURA:

1) Rastrear en los textos:

       a) Aspectos positivos de la incorporación de Tecnologías de la Comunicación
       b) Aspectos negativos de la incorporación de Tecnologías de la Comunicación

2
) ¿Existen puntos de acuerdo entre las dos posturas?

3
) La tecnología, ¿surte efectos discriminatorios? ¿Por qué? Fundamente la respuesta con ejemplos.

4
) En qué situaciones de la vida cotidiana las TICs estrechan los lazos sociales y en cuáles, por lo contrario, los profundizan? Ejemplificar.

5
) Hacer un listado de palabras nuevas y buscar su significado en el diccionario.

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