En estas notas se describen expresiones artísticas novedosas que ponen
de manifiesto la actualidad del arte en el siglo XXI. En la mayoría de los
casos, se verá una fuerte presencia de las herramientas digitales en la
creación de la obra o en su puesta en escena.Reflexionar sobre estas
experiencias nos permitirá realizar un acercamiento a un campo en crecimiento y
desarrollo.
1) ENTRE OTRAS, HABRA UNA EXPOSICION EN EL MUSEO DE ARTE MODERNO DE
NUEVA YORK
La revancha de Snoopy: ahora el
cómic se muestra en los museos
Curadores de esas instituciones rescatan el valor artístico de las
historietas.
Hubo un largo trecho hasta Nueva York, hasta los museos. Para algunos
todo empezó con una burbuja, en 1895. La que salió de la boca de The Yellow
Kid, el protagonista de la tira de Richard Fenton Outcault. Otros señalan a
pioneros como Honoré Daumier, a los jeroglíficos, a la pintura rupestre. Brian
Walker, curador de la muestra "Masters of American Comics" (Maestros
del cómic americano), relativiza. "Llamalos como quieras. Un cómic es lo
que se acepta como tal en un determinado momento". "Masters of
American Comics", que cerró el domingo pasado después de cuatro meses de
exposición simultánea en el Museo de Newark y el Museo Judío de Nueva York, es
quizá el mejor ejemplo de una tendencia que se impone en galerías y museos de
Nueva York: las muestras que rescatan el valor artístico de la historieta.
Walker dice que la idea de "Masters of American Comics" es
contar la historia y la evolución estilística del cómic norteamericano a través
de 600 trabajos de catorce maestros del género. En las paredes de los dos
museos había páginas de revistas, diarios y novelas gráficas, pero también
dibujos y bocetos originales. Entre todos, Walker muestra debilidad por Winsor
McCay (1869-1934). "Ves una página de Little Nemo in Slumberland y pensás:
'¡Pucha, esto lo dibujó Mc Cay, con sus manos! Todo se remonta a él'".
Uno de los atractivos de la muestra es que no se reduce a un catálogo
de autores. También recorre los distintos soportes de la historieta durante el
siglo XX: su consolidación en las páginas de diarios con artistas como George
Herriman (1880-1944), creador de Krazy Cat; la llegada de las tiras diarias con
artistas como Charles Schulz (1922-2000) y su longeva Peanuts (donde aparece
Snoopy); la revista de cómics y Jack Kirby (1917-1994) padre de Los cuatro
fantásticos y el superpatriótico Capitán América. Y desde los 60, la aparición
de una escena alternativa con Robert Crumb (1943), creador de Fritz el gato,
como figura emblemática. "Ahí comienza la noción del dibujante de cómics
como artista —dice Walker—. No se trata de entretener. El tipo está enterrando
su alma, te está contando cómo ve las cosas". Entre los formatos futuros,
Walker no descarta los museos. "Panter, por ejemplo, es un artista de
galerías. Hace unos dibujos enormes que en un libro te parecen raras pero en un
museo, ves de qué se trata". Habla de Gary Panter, a quien Matt Groening
—el autor de Los Simpson— le publicó su tira Jimbo.
Para Roxana Marcoci, la curadora del MoMA que prepara una original
muestra sobre la influencia del cómic en el arte abstracto, la clave está en la
diseminación del cómic. "No son obras únicas, están en periódicos de gran
tirada. Quizá los museos tengan más que ver con objetos de arte únicos y por
eso no los coleccionan". La muestra que el MoMA inaugura en marzo presenta
obras de artistas abstractos contemporáneos. Una de ellas, la brasileña Rivane
Neuenschwander, ha tomado la tira de Disney Zé Carioca y sus estereotipos del brasileño
pícaro, futbolero, bailarín y seductor, para vaciarla. El resultado son cuadros
monocromáticos en los que aparecen los tradicionales globos de diálogo en
blanco. "El acto de abstraer un cómic, difuminarlo o despintarlo es
intereseante porque los personajes y las estructuras narrativas tienen tal
potencia visual que se mantienen como algo residual", asegura Marcoci.
Mientras tanto, en el Studio Museum del Harlem exhiben "Africa
Comics", una muestra con cómics de 35 artistas africanos. Ni superheroicas
ni complacientes, cuentan historias sobre problemas raciales, gobiernos
corruptos o violencia urbana. Alphonse Mendy, uno de los artistas en la
muestra, fue también la principal atracción en la última Bienal de Dakar, en la
que el cómic fue protagonista.
Guía de preguntas:
¿Qué te parece considerar a las historietas como arte?
¿Se modifica la concepción de museo con la aparición del arte digital?
¿Qué pasó con el concepto de obra única en el arte?
¿La masividad y la democratización pueden considerarse parte de un
mismo proceso?
2) CULTURA | EL ARTE URBANO TRAS EL 11-S
Nueva York: usan las cámaras de
vigilancia para hacer teatro
Un grupo de actores aprovecha los dispositivos de seguridad de la
ciudad. Brindan sorpresivas funciones que buscan alertar sobre la pérdida de la
privacidad.
En 1948 el escritor inglés George Orwell publicó su novela más famosa,
1984. Allí retrata un sociedad futura donde, entre otras cosas, cada ciudadano
es vigilado por el Gran Hermano 24 horas al día, en el lugar donde esté, por
cámaras visibles y ocultas. Aunque Orwell concibió su novela como una fábula
para advertir sobre la amenaza del totalitarismo comunista, por lo contrario,
se ha convertido en una profecía sobre la sociedad capitalista,
híper-tecnologizada de hoy. Por lo menos en lo que se trata de la
videovigilancia. Para dar un solo ejemplo: según un artículo reciente en la
BBC, hay más de 4 millones de cámaras de vigilancia en el Reino Unido; una por
cada 14 personas. Están en las calles, los negocios, los shoppings y hasta en
los baños públicos. Es un fenómeno que se replica en todas las grandes urbes del
planeta y, por supuesto, con más ímpetus en el mundo post 11-S.
En Buenos Aires, el ministro del Interior ha puesto las cámaras de
vigilancia del subte on line (se llama Subte Alerta) para que cada ciudadano
pueda hacer de gran hermano de los otros. Con solo poner "Buenos Aires,
cámaras en vivo" en Google se pueden acceder a decenas de pantallas que
espían la vida de la ciudad. El sentido común relaciona esta vigilancia con
mayor seguridad, pero pierde de vista sus inconvenientes políticos.
Como reacción, proliferan grupos de artistas que advierten que este
acostumbramiento a la vigilancia pública se paga con la violación sutil del
derecho a la privacidad. Asi surgió en Nueva York el paradigmático Surveillance
Camera Players (La tropa de actores de las cámaras de vigilancia). Es un grupo
teatral fundado en Nueva York en 1996 que acaba de celebrar su primera década
de actividad con la publicación del libro We Know You are Watching (Sabemos que
están mirándonos).
Bill Brown, fundador de la troupe, le explicó a Clarín la génesis del
grupo, su modus operandi, y sus actuales proyectos. "La pregunta que
queremos plantarle a la sociedad con nuestro trabajo es ¿No es un derecho
básico poder mantenerse anónimo en lugares públicos como Times Square, donde ahora
se encuentran más de 200 cámaras? ¿Qué derechos tienen las empresas privadas,
las agencias del gobierno y hasta usuarios comunes de Internet de vigilarnos,
sacarnos fotos y hacer después lo que se antoja con eso?"
Para responder estas preguntas los Surveillance Camera Players montan
acciones que se asemejan a los happenings de Alan Kaprow en los 60 y 70 o las
más actuales flashmob (esas reuniones espontáneas que se convocan por celular o
Internet como el reciente y banal almohadazo de Palermo). Brown y su compañía
se acercan a un lugar que esté vigilado por una cámara y actúan una obra
original o una adaptación, con un método que es mitad teatro mudo, mitad
pantomima. Su "estreno mundial" fue una versión de Ubu Roi de Alfred
Jarry actuado en la estación de tren Union Square. Ingresando
"Surveillance Camera Players" en el buscador de You Tube se puede
acceder a un video de una versión de 1984 que el grupo montó en los túneles del
metro de Manhattan. El sitio www.notbored.org documenta sus activi dades y
compila un gran archivo de artículos vinculados con el tema actual de la
vigilancia.
Para Brown las cámaras, aparte de ser una amenaza a la privacidad del
ciudadano, son emblema de una gama variada de dispositivos que están
construyendo una sociedad de control absoluta. "Los teléfonos celulares
con sus chips GPS, el rastreo de información personal en sitios de Internet, el
uso actual de chips de radiofrecuencia en los pasaportes nuevos, la vigilancia
satelital. Todas estas cosas se van potenciando hasta el punto que no quedará
ni un aspecto de nuestra vida que sea privada". Ojo.
Guía de preguntas
¿Es igual la concepción de público en esta forma de hacer teatro que en
la tradicional?
¿Podría considerarse que esta pieza de teatro callejero es equivalente
al cine en vivo?
¿Cómo afecta a la obra la fugacidad de la experiencia y la
imposibilidad de repetirla?
¿Qué podrías decir sobre los conceptos de videovigilancia e
hipertecnologización?
3) "SECOND LIFE", UN JUEGO EN EL QUE SE VIVE UNA VIDA VIRTUAL
Exponen arte argentino en un
mundo paralelo, en Internet
La muestra se hace en un "edificio" que la Fundación
Argentonia instaló en ese mundo. Hay obras de Berni, Xul Solar, Pettoruti y
Spilimbergo. Y hasta una visita guiada.
Quizás con la misma visión vanguardista con la que Antonio Berni, Xul
Solar, Emilio Pettoruti y Lino Spilimbergo concibieron sus obras, la gente de
la Fundación Argentonia desarrolló la I Muestra de Arte Argentino. Pero no hay
colectivo ni subte que lo dejen frente a la Fundación. En todo caso, si se
anima, usted puede teletransportarse. Porque el evento se realiza en un mundo
paralelo y virtual en 3 dimensiones de Internet conocido como Second Life (SL),
donde viven dos millones de personas o "avatares" (la versión digital
de uno mismo).
Con una computadora, conexión a Internet por cable y un programa
instalado, ya se puede ser parte de este mundo virtual. Creado en 2003 por la
empresa Linden Labs —e inspirado en la novela cyberpunk Snow Crash de Neal
Stephenson, publicada en 1992, que describe un mundo paralelo en Internet— la
"vida virtual" puede resultar algo sorprendente y emocionante.
No menos sorprendente resulta asistir al edificio que la Fundación
Argentonia tiene en el barrio de Sobaeksan (que incluye planta baja, dos pisos
y terraza) en SL, cuya función primordial fue crear un espacio de interés común
para los argentinos habitantes y visitantes de Second Life, que según calculan,
son unas 1.000 "personas".
"Nos dimos cuenta de que un gran grupo de argentinos quería crear
cosas e incluso traer a la virtualidad pertenencias que no estaba
predeterminadas como las camisetas de River y Boca y hasta un Fiat 600",
comenta Julián Paredes (alias Julián Watts), diseñador y creador del edificio.
Pensaron entonces en servir de nexo de aquellos que no tenían los recursos para
hacerlo y para ello crearon la Fundación Argentonia y con ella, el edificio
asentado en una parcela de 512 metros cuadrados virtuales por los que pagaron
5.000 Linden (unos US$ 15).
En el primer piso de ese edificio, donde se encuentra la galería, la
sensual y algo rígida de carnes Clara Rustamova —que en la vida real resulta
ser Lorena Betta, docente argentina de Filosofía e Historia del Arte— lo guiará
a través de las obras Drago (1927) de Xul Solar; Quinteto (1927) de Pettoruti,
Los desocupados (1934) de Berni y Terracita (1927), de Spilimbergo.
El paseo incluye magníficas visiones de los cuadros acompañadas del
audio de la mujer de ascendencia ruso-virtualoide que hablará de la vida y
obra. El evento no es nuevo en su tipo —el Museo del Louvre tiene una sede e
incluso la Universidad de Standford imparte en SL clases de Humanidades— aunque
sí lo es para la comunidad de argentinos.
En la vida real, Lorena Betta sostuvo que el desarrollo priorizó
innovar en el formato antes que abundar en el material porque "no hay
tanto lugar en la sala porque el espacio físico en SL se paga".
Pablo Mancini (Pablo Potvin en SL) forma parte de Argentonia y fue
quien tuvo a su cargo la articulación de la muestra. Sostiene que "se
trata de una propuesta didáctica y educativa". Y hace referencia a la
primera experiencia educativa argentina en un mundo virtual que se hizo en
diciembre, en las dos salas de cine que Argentonia tiene en el segundo piso y
que consistió en la difusión de un video producido por la Red de Escuelas
Medias del Gobierno porteño.
Los organizadores estiman que la Muestra de Arte Argentino estará
abierta hasta fin de mes. Luego habrá una de próceres argentinos de la década
del 20 y el 30.
Guía de preguntas
¿Lo cotidiano como arte o el arte en lo cotidiano?
¿Qué papel cumple la galería digital en la “democratización del arte”?
¿Qué es la realidad virtual. Es real?
¿Podría considerarse la creación de espacios virtuales digitales como
un arte en si mismo?
4) UNA PRACTICA QUE INICIARON LOS DJ'S Y SE EXTENDIO EN LA MUSICA
El arte de combinar imágenes: el
remix ya llegó a la plástica
Artistas plásticos crean sus obras combinando imágenes de otros autores.
Cuando en 1968 los Beatles volvieron de la India con una gran cantidad
de canciones bajo el brazo y editaron el archiconocido Álbum Blanco, no
imaginaron, ni en sus sueños más psicodélicos, que casi 40 años después ese
trabajo sería el germen de otro no menos memorable.
Pero en 2004, el Dj. Brian Burton (popularmente conocido bajo el alias
de Danger Mouse) parió El Álbum Gris, una obra conceptual en la cual se fundía
la música del "álbum blanco" de los Beatles con la voz y letra del
"álbum negro" del rapero Jay- Z. Para la anécdota quedará que,
demanda de las discográficas mediante, el trabajo fue retirado de circulación y
a las pocas semanas se convertía en un hito, bajado ilegalmente de la red por
más de 100.000 personas.
Lo cierto es que la travesura expuso los elementos vitales del remix o
remezcla: partir de algo que ya ha sido creado y combinarlo para crear algo
nuevo. Algo que los artistas y analistas consideran vital para entender la obra
de arte contemporánea.
Lo nuevo es que cada vez son más los artistas que se apropiaron de esta
práctica y hacen del remix una de las más modernas tendencias de las bellas
artes.
Una de las últimas y más poderosas convocatorias la registró el sitio
Worth1000 (www.worth1000.com), que organizó un concurso de remezcla basado en
los dibujos del gran Maurits Cornelis Escher. Mediante herramientas gráficas,
los concursantes han desafiado las ya geniales concepciones de Escher y les han
dado, en algunos casos, toques contemporáneos. Ahí está entonces el
autorretrato de la Mano con esfera reflectante (1935, litografía), que el
artista M.J. Haylor ha devuelto al mundo como Mano con Ipod reflectante. En su
obra Haylor, que no deja de citar la gran obra del maestro holandés, utiliza su
creatividad, su talento y... un andamiaje propio de Internet. Y claro, ya habrá
una legión de creadores dispuestos a remixar el dibujo de Haylor.
Para reafirmar el fenómeno está Eduardo Navas —artista, historiador y
escritor salvadoreño especializado en nuevos medios y radicado en California— que
no pierde pisada a las manifestaciones de este fenómeno: "La actividad de
tomar material preexistente para combinarlo en nuevas formas se ha extendido a
través de la cultura, incluyendo las artes visuales y hoy en día juega un rol
vital en la comunicación de masas".
Navas fue Dj durante 10 años y desde entonces se ha dedicado a
investigar y teorizar la cultura del remix entendida como "acción y
reflexión". Y aclarando: acción porque el remix se trata de algo dinámico,
"similitudes o meras repeticiones no son remix" y reflexión porque
"el remix debe realizarse de manera deconstructiva-reflexiva, es decir,
tratar de que se reconozca el material original" para no dar lugar al
plagio.
Para entender los orígenes del fenómeno el artista menciona aspectos
del dadaísmo, movimiento que, a comienzos del siglo XX, ya jugaba con esta idea
del remix, y hasta sugiere que vale la pena darse una vueltita hasta las
inmediaciones sanitarias de Duchamp, madre omnipresente que con su revisitado
orinal dejó en claro bien temprano en la historia del arte contemporáneo que un
elemento pre-existente bien puede constituirse en parte o todo de una obra de
arte. Porque así como Duchamp tomó un mingitorio y lo transformó en arte,
"el DJ tomó conceptualmente el vinilo, quebrándolo y destruyéndolo para
transformarlo activamente".
Con él coincide Brian Mackern, uno de los principales exponentes del
arte digital, quien actualmente vive en Montevideo. Para el artista, "lo
interesante es que éstas manifestaciones que estaban al alcance de unos pocos,
ahora, y con el advenimiento de 'lo digital' y sobre todo de Internet, se han
vuelto sumamente visibles". Su último trabajo explora la idea del remix y
se llama living stereo. En Internet: http://no-content.net/lst/. Además del
álbum gris, Mackern cita a la estadounidense Sherrie Levine, que en los años
ochenta "refotografió" una serie de imágenes tomadas por Edward
Weston en la década de los treinta y los cuarenta.
El remix se instala en todos los ámbitos, discusiones legales aparte.
Quizás en las artes visuales, las cosas han salido bien gracias a las
tecnologías digitales apoyadas por la práctica del cortar/copiar y pegar, algo
que, nobleza obliga, todos hemos hecho alguna vez.
Guía de preguntas
¿Qué características tiene que tener una mezcla para ser considerada
una obra nueva?
¿Y para que sea considerada una obra de arte?
¿Es fácil distinguir el límite entre la obra nueva y el plagio?
¿Porqué muchos artistas reclaman que se declare ilegal la difusión por
medios digitales?
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